Hemos arrancado oficialmente en corto. Esta noche han comenzado las proyecciones de cortometrajes de Islantilla Cinefórum. 3/4 de entrada, como en las buenas corridas de toros. El público se ha reído, se ha sobrecogido y ha aplaudido. Si se programasen noches como esta con un gran prespuesto, no saldría tan bien como ha salido. Y es que, el cine, no entiende de recortes ni de burócratas, como arte que es. El cine se abre camino, como la vida en Jurasicc Park, y se crece ante los problemas, y se rebela en 35 milímetros cuando otros ponen zancadillas en digital. El cine es vida, la vida es sueño, y los sueños, cine son. Gracias, Aute, por la inspiración.
Desde luego que, si el protagonista de la película hubiese sabido lo que se arma con su muerte, lo mismo se queda vivo más rato. Un gran inicio de noche, con un guión muy cuidado, y un plano picado desde el techo del bar digno de un Goya. Genial la escena en el monte, con tacones y carrito de bebé incluidos. Y, por supuesto, grande Carmen Maura.
Abril es una historia muy dura, pero lamentablemente muy real. Contar el argumento sería destripar el final, pero es muy recomendable de cara a activar corazones insensibles en relación al trato de la mujer en determinados ambientes. Las dos actrices principales están perfectas todo el rato, incluso se podría decir que la más joven lleva más peso de la historia, pero eso, en el guión final, es lo menos importante.
Un Miguel Ángel Muñoz irreconocible intenta contar a sus padres con toda naturalidad que quiere iniciar su vida en pareja con su novia de toda la vida, "la Blanca". Pero lo que iba a ser una conversación tranquila y habitual, se torna en un disparatado argumento, que termina con..., a ver, hemos quedado en que no destripamos los finales. Pero el trío de actores está tan bien dirigido y la fotografía es tan buena que dan ganas de decir que al final...Bueno, que es una peli muy buena.
Ni Sidney Poitier, en su peor encuentro con Spencer Tracy, habría imaginado una cena como la de esta pelicula. Al terminar, más de un espectador miró el programa para comprobar que, efectivamente, dura media hora, porque fueron 30 minutos que se pasaron volando. Ella, es la niña mimada de todo un pueblo del interior gallego. Él, un neurólogo y su prometido. Lo disparatado de la acción por impedir la boda es indescriptible. La única duda es si es más hilarante el padre de la novia recorriendo el pueblo en vespino para reunir secuaces, o la agente de la Guardia Civil en delantal y uniforme en la puerta del cuartel. Como tenemos que ser ecuánimes, no podemos decir que es una película fantástica.
Con un título que imita la misma frase, pero en inglés, aunque fonéticamente, Daniel Valencia ha hecho una obra maestra. Con una estética que recuerda, en ocasiones, a la increible "UP", el director cuenta tantas cosas en solo cuatro minutos que es difícil resumirlas. La obsesión de un pastor por fotografiar un ovni le lleva a diseñar un arsenal de armatostes que va mostrando durante la pelicula, sin diálogos, ni falta que hacen, y con una cuidadísima banda sonora. Ojalá películas como esta se pudiesen ver en cines convencionales antes del estreno de cualquier cinta millonaria. Todos saldríamos ganando.
Familia, hasta mañana.
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