Petar no existe, pero hemos petado

Patio de butacas lleno

Vaya por delante que no queremos herir la memoria de Lázaro Carreter usando palabras que no existen, pero el festival Islantilla Cinefórum "petó" anoche. Entiéndase "petar" como llenar, aunque el diccionario oficial español y olé lo entiende como agradar. Pero petó. Sillas llenas, gente contenta, público de pie o sentado en el suelo. No sabemos a estas alturas si el año que viene habrá que hacerlo en un estadio de fútbol, pero la gente está respondiendo, y con esa satisfacción se ha levantado hoy el equipo del festival. Por si acaso nos denuncian por ocupar más aforo del permitido no seguimos, pero la satisfacción no se paga con dinero, y más cuando esa satisfacción se debe a haber difundido cultura. Qué no decaiga.

Amor difícil para abrir la noche

1.- Derechos y deberes

Manuel Dañino dirige una acertada crítica a la sociedad actual, en la que las buenas actitudes quedan en manos de unos pocos, y esos pocos parecen bichos raros. En la familia del protagonista las infidelidades están a la orden del día. Nadie guarda el más mínimo respeto por su pareja, y él que sí es fil y feliz, tiene miedo a contarlo: ¿Por qué?. El final desvela el misterio.

Parece mentira que todo sea ficción

2.- El Mal de Schneider

Al principio de la película se nos recuerda que se trata de una recreación, pero está tan bien hecha que cuesta creer que el director, Javier Chillón, no ha sacado el material de algún cajón del NODO alemán. Si está colgada en algun youtube es recomendable verla cuanto antes. Súper creíble y con una voz en off magnífica.
No contamos más, porque merece la pena verla desde el play.

Magnífico Fele Martínez

3.- Dime que yo

Amar es dar por encima de recibir. Pero todos amamos que nos digan que nos aman. Más o menos es el argumento de la propuesta de Mateo Gil en "Dime que yo". Fele Martínez está inmenso en la historia de una pareja que decide que no pueden vivir separados un minuto después de conocerse en un bar en el que han roto con sus parejas. Para los románticos es un regalo. La banda sonora acompaña a la perfección, igual que los escenarios del entorno del Viaducto de Madrid en una solitaria madrugada. Hasta le viene bien la música de Raphael en los créditos. Qué bonito es el amor cuando es amor de verdad.

El misterio de la parada del autobús

4.- Dolores

¿Qué hay que hacer en una parada de autobús? ¿Hablar o callar?. Dolores decide darle conversación al desconocido que espera junto a ella, y se entabla una complicidad cuando el hielo se rompe. El espectador se queda con ganas de más, pero Manuela Moreno, su directora, hace una especie de final abierto, y todos nos quedamos pensando qué pasará mañana cuando los dos vuelvan al mismo escenario.

Da que pensar este documental

5.- Doppelgänger

Existe la creencia de que todos tenemos un semejante en alguna parte del mundo. A veces es una persona parecida físicamente. Otras es alguien que comparte todas nuestras aficiones. Otras es alguien exactamente con nuestro mismo nombre. Óscar de Julián se autodirige para buscar a un escultor colombiano con su mismo nombre. Aunque parezca una comedia en ocasiones, el espectador tarda un poco en enterarse de que está viendo un documental, aunque los créditos iniciales lo avisen. Buena película que se hizo corta a pesar de sus 20 minutos. Y buena reflexión para usar el Google en busca de nosotros mismos en algún lugar del planeta.

Buena propuesta para cerrar la noche

6.- Down to earth


David Moreu se merece un Óscar aunque sólo sea por su curiosidad. Ha realizado un documental en Menphis (Estados Unidos), que comienza como un aparente recuerdo a la muerte de Luther King, pero se termina convirtiendo en una reflexión sobre como la música libera a los pueblos y una a las culturas. Gente anónima en muchos casos reflexiona sobre la historia de los negros en América en los últimos 40 años, y en una tierra de inmigrantes como Huelva, nos damos cuenta de lo mucho que todavía nos queda por andar. Broche de oro para una noche para recordar.