Las primeras proyecciones del Cinefórum; Martes 07/07/09

Captura de 1,2,3

La tensión de 1,2,3 abrió la noche de Islantillla, una buena película que se basa en las persecuciones sombrías de un grupo de personajes que en ningún momento usan diálogos para apoyarse en una espectacular banda sonora. La cinta tiene un final inesperado y fue una sorpresa agradable para un público que la recibió con agrado y la situó nada más empezar en su lista de favoritas.

Imagen de ‘Al filo de la existencia’

‘Al filo de la existencia’ es otra película con un final inesperado, y una prueba de que con pocos recursos y una escenografía modesta se puede terminar haciendo un buen producto. La colombiana Luz Andrea López coloca a su personaje en una habitación en la que la claustrofobia parece ser la protagonista más que un hombre de unos 30 años sin aparentes ganas de vivir. Sólo los mensajes de un presunto contestador acompañan al espectador por la trama de una cinta que tiene la duración justa para gustar sin más pretensiones.

Proyección de ‘Autorretrato’

‘Autorretrato’ es, quizá, la película más completa de las que abrieron la sección oficial, y también la que ha contado con mejores efectos especiales. En una atmósfera que insinúa un aparente lesbianismo, Javi Alonso y Raúl López confunden al espectador hasta llegar a una interpretación soberbia de Pilar Guerra, que transmite no sólo la desesperación propia, sino de cualquier mujer traicionada y fuera de sí. Nadie se movió durante la proyección, y con los créditos se levantaron a estirar las piernas y a encender los primeros cigarros de la noche. Una prueba de que la tensión durante la película fue importante, y había que echarla fuera antes de la siguiente.

Escena de ‘Basket Bronx’

‘Basket Bronx’ tiene el encanto de las películas rodadas en Nueva Cork. En una ciudad donde se ruedan más de 200 películas al mes, seguimos cogiendo con ganas cualquier producto rodado allí. En esta ocasión, Martín Rosete plantea un Karate Kid del siglo XXI, con los problemas de un niño para integrarse en la sociedad y superar una minusvalía, lo que intenta a través del baloncesto. Un hada madrina oriental, igual que en Karate Kid, le enseña cosas que nada tienen que ver con el basket, hasta lograr su objetivo en un emocionante final. Conmovió al público, y eso es buena señal.

Panorámica de ‘Berbaoc’

‘Berbaoc’ es un corto difícil de entender. Está muy bien hecho y su ritmo es frenético, para dar paso continuamente a escenas realizadas con gusto y una imaginación desbordantes. Para el público generalista puede ser complicado de aceptar, pero la sorpresa en los festivales de cortos se ha dado más de una vez.

Primer plano de ‘Buen viaje’

‘Buen viaje’ muestra a la mejor Cayetana Gillén-Cuervo. No es sólo una película sobre la cara oculta de la inmigración, sino también una crítica a la sociedad y a la necesidad de revelarse contra la presunta riqueza. Cayetana lleva todo el peso de la película. Los secundarios apenas la tapan, aunque el niño está soberbio y provocó incluso alguna lágrima en el auditorio de la oficina de turismo. La película, eso sí, tiene algunos fallos, como la rapidez con la que se logra una deportación, de la mañana a la tarde, pero en general fue la triunfadora de la noche.

Captura de ‘Cabaret Kadne’

‘Cabaret Kadne’ realiza una propuesta interesante e inquietante a la vez. De entrada es una buena película y muestra casi la misma historia de amor-odio que Moulin Rouge, pero el final es inesperado y deja al espectador inquieto y pensativo. Una buena película con unas marionetas manejadas desde la animación a la perfección.

Fragmento de ‘Cara o cruz’

‘Cara o cruz’ es la historia cualquiera de dos adolescentes cualesquiera aburridos de la vida y los estudios. Sin ninguna pretensión de estudiar pasan el verano en una ciudad cualquiera discutiendo sobre las cosas más banales. Los 11 minutos de metraje se pasan rápido, y eso es una buena señal. Al público le gustó, e incluso arrancó alguna sonrisa.

Imagen de 'Carta de Francia'

‘Carta de Francia’, Diego López Cotillo ha realizado una buena película, relajante y mostrando la historia de una familia al final de la guerra. Esperando a su padre y marido, los protagonistas viven en Navalafuente, un pueblo al norte de Madrid donde las cartas llegan como única forma de información sobre el destino del patriarca. Un cartero, en principio actor secundario, termina siendo el protagonista de una película bien construida y con una ambientación muy lograda, tanto en vestuario como localizaciones. No es habitual ver cortometrajes sobre la posguerra, y este acierta al no decantar al espectador sobre ningún bando. Sólo cuenta una historia humana, y fue un acierto elegirlo para cerrar la noche, por el buen sabor de boca que dejó.