La edición de este año del Festival Islantilla Cinefórum, en lo referente a los cortometrajes, abrió sus puertas con ocho propuestas. Cada una distinta, cada una defendiendo una temática, pero todas con un puntito que cumplieron con lo previsto: no dejar que ningún espectador se moviese de la sala.
La noche dio para mucho. Como debe ser.
1.- 3,2 (Lo que hacen las novias)
Ahí están ellos, novios formales, que deciden que necesitan un poco de estímulo en sus vidas, y deciden ir a un bar a buscar a un desconocido con el que meter algo de emoción en la cama. Lo que ocurre se ve desde el principio, pero el corto va evolucionando, y deja paso a un final abierto que abrió asimismo los primeros comentarios en la sala. Cada espectador tenía su propio final. Buena señal.
2.- 5 millones
Ramón Barea se ha convertido en uno de los actores fetiches de este festival. En las tres ediciones anteriores hemos tenido la oportunidad de disfrutar de varias presencias suyas en portada. Pero esta vez lo borda. Su papel de salvaempresas dice mucho de la sociedad actual. Viendo la peli dan hasta ganas de fumar. Al finalizar la noche, ya había gente que lo intuía como posible finalista. Lo veremos en agosto.
3.- 70 m2
Miguel Ángel Carmona dirige esta película. Es bueno a veces recordar y remarcar el nombre del director, porque tiene mucho mérito hacer una cinta en tan poco espacio, contando tantas cosas, y tansmitiendo tanto. La historia de un novio cuatromesero que se queda atrapado en el piso de una mujer que se acaba de suicidar. Ingenio del guionista para cerrar la trama y buena interpretación de Alberto Amarilla en un papel complicado que llega a enviar al espectador todo lo que el director se curra tras la cámara.
4.- A los que gritan
A ver. Explicar de que va la película sería reventar el final. Pero los detalles que va contando van dando pistas. Todo empieza con una bofetada en plena calle (por cierto, gran trabajo del equipo de sonido), y la trama se va cerrando en torno a un padre pusilánime que se lleva la bofetada de su vida. Hay que verla.
5.- A tiempo
Lo de menos en una película como esta es plantearse que puede hacer que una pareja llegue a los extremos que llega la de la película. Impagable la escena de la rotura de la puerta. Guillermo Magariños ha querido contar una historia sencilla siguiendo un camino complicado, y le ha salido bien.
6.- Akerbeltz, las brujas y el inquisidor
En 2010 se cumplieron 400 años del Auto de Fe de Logroño, proceso en el que fueron juzgadas las “brujas de Zugarramurdi”. El juicio fue seguido en toda Europa con tanto interés que el día de la ejecución se congregaron más de 30.000. Cesar Urbina Vitoria ha querido contarlo en formato de animación, y desde el punto de vista de un niño a lomos del animal mitológico que da título a la película. Buena música en una cinta que huye de lo macabro para asentarse en lo histórico.
7.- Algo queda
Acostumbrados a que Marta Belenguer nos haga reír, seduce verla en un papel dramático, el de una mujer que ve como su madre se va deteriorando en los brazos amargos del alzheimer. La cinta da incluso la oportunidad de esbozar una sonrisa de ternura. Una buena forma de recordar el sufrimiento de los cuidadores ante una enfermedad que borra la memoria. Ana Lorenz firma la dirección y también el guión. Dos buenas firmas.
8.- Ámár.
Aunque el festival órdena las películas en orden alfabético para las proyecciones, Ámár es una buena forma de terminar una noche. Animación llevada a los extremos, con buenos efectos y cuidada música a cargo de Xabier Erkizia. Isabel Herguera escribe, dirige y produce. Y lo hace todo bien.
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